La sostenibilidad no es una solución: es una condición del sistema.
No solucionamos problemas; revelamos cómo los sistemas los producen.

El colapso es el resumen.
El diseño debe ser resiliente ante el fracaso y no depender del optimismo.

El diseño nunca es neutral.
Cada interfaz moldea el poder, el comportamiento y las creencias.

La realidad todavía importa.
Los datos pueden simular, pero las verdades físicas, emocionales y ecológicas persisten.

La confianza no es un requisito.
Las herramientas deben funcionar independientemente de las creencias de los usuarios o de la confianza institucional.

La salud mental es infraestructura.
La carga cognitiva, los estados emocionales y la percepción deben ser parte de la lógica UX.

El rechazo es una decisión de diseño.
No construir —o resistirse a incumplimientos dañinos— es una salida válida.

La estética no es decoración.
Es estructural. Algo se ve como se ve, es lo que hace.

La belleza debe perturbar, no sedar.
El diseño debe crear conciencia y no entumecimiento.

La naturaleza y la tecnología no son opuestos.
Todos los sistemas son artificiales; todos los sistemas son naturales. La distinción es obsoleta.

Estás construyendo realidades alternativas.
Cada interacción es un micromundo: hazla intencional.

Si la filosofía no existe, diséñala.
La fabricación de herramientas es teoría. Las interfaces enseñan valores.